Te confío mi ser, mi vida, te confío aquello que nadie más
puede ver, aquello que ni yo mismo puedo llegar a entender, escribo para mí
cuando estoy triste, también cuando gozo de placer, simplemente para llegar a
ser. Transformando palabras en gritos para que alguien perciba mi interior, ese
que muchas veces ignoro. Día tras día con quebraduras de cabeza, no salgo de
ahí, más tarde estirado en mi cama ideas sobrepasan límites que ni yo mismo
conocía, esperando solucionarlo todo a la vez, acertijos propuestos por mi
mente se suceden uno tras otro hasta dormir, es la esencia del que es grande, o
eso me digo a mi mismo para no asustarme.
Fluir entre mis escritos para conseguir paz, redimir por
todo aquello que no hice bien, o por todo aquello que, smplemente, no hice.
Hace ya tiempo que la siento en mi interior, esa gran fuerza que intenta despertar
para liberarme, ese, es mi fin. Ataduras que yo mismo propongo, para ocultar lo
que de verdad soy, miedo, si, miedo al no encajar, al no gustar, no juzgo para
no ser juzgado, quizás no es suficiente? Romper cadenas del qué dirán, explorar
más allá del egoísmo del ser humano, y volar.
Poco a poco me dicen, y poco a poco lo
haré, primeras confesiones al folio, un blog, un mundo, nuestro mundo.
Uve
Tu lo has dicho Uve... gente grande... como tu sentir, encantada de leerte de nuevo! Profundamente agradecida, ya lo sabes!
ResponderEliminarAura