Decenas de miles de partículas revolotean por el aire, dejando sin más un anestesiado sentimiento de paz instantánea que te recuerda que debes seguir respirando... una vez más. No es insensato pensar que el devenir será tu aliado en los momentos de ignorancia emocional, ni en los momentos en que maldigas la no suerte de tu destino... y quien dijo una vez que estábamos en la vida de alquiler fue abucheado de silencios incomprendidos en masa por aquellos que no abrazan el instante.
Sin apenas ni saberlo estamos llenos de tutoriales de vida, que te explican y re-explican las fórmulas para encontrar esa X llamada felicidad, relatos sobre experiencias vividas y por vivir, tratados sobre energías, diccionarios de sentir para ponerle nombre a aquello que desconocemos y así poder de nuevo, etiquetarlo y catalogarlo en nuestras retinas de la mente. Información y desinformación, contrastando aquello que tenemos con aquello que somos, con la firmeza de saber que al fin y al cabo no tenemos nada ni somos nada, qué más da el orden de los factores o la fuerza que le pongas a la posesión desmesurada de la mente... Somos el todo y somos la nada... y dentro de esta dualidad bailamos y danzamos cuando nos sentimos plenos o destrozados por los jirones de la vida en un estado consciente de existencia vital y espiritual.
Te quiero, me quieres? Me quiero? Quiero? Querer... demasiada posesión comprimida en tan pocas letras... Te amo, me amas? Me amo? Amo? Amar... AMOR, no hay más dentro de toda ésta cápsula de átomos llamada cuerpo mortal.... Danzamos? Hoy mi cuerpo etéreo me susurra momentos de efímera conexión....
Aura
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