Aunque cansado y somnoliento me pongo escribir, lo necesito, las discusiones
del ayer hacen meya en mí, pues las maneras y palabras duelen, pero nunca más
que los actos que las respaldan, aunque lo que de verdad me destroza son esos
pensamientos oscuros, de almas jóvenes, aunque no menos dañadas por ello. Y es
que nadie dijo que sería fácil, ni que rebosaríamos de vitalidad y confianza,
no… tampoco es fácil para mí… y si mis ojos desprenden alegría es porque el
corazón y la mente, unidos a golpe de caída los retienen presos como títeres.
Un día escuché decirme: ¡no más! Y aquí sigo, transformando llantos en risa,
porque cuando ya no te queda por dónde agarrarte tienes que mirar el mundo
desde otra perspectiva, darle la vuelta a las cosas descubrir maneras de
salvarte, pues somos y estamos hechos para ello.
En el acuerdo entre lo que piensas, dices y haces hallarás la paz y
tranquilidad que tanto necesitas, obsérvate, cuestiónate, plantea… de verdad
necesito…? Podría vivir sin…? Observa tu alrededor, reflexiona sobre la gente
que te rodea, o la que te gustaría que lo hiciera, perdónate, agradece y planta
las semillas que darán fruto, pues solo así degustaras la vida en su más pura
esencia.
Y sí, me sentí dolido por tanto egoísmo concentrado, por no entender
la manera en como uno puede degradarse tanto, por el casi nulo respeto que
podemos llegar a tener por uno mismo...
Hoy las palabras son claras, porque claro es el pensamiento.
Aunque dolido e intranquilo, aquí sigo, confiando, siempre lo he hecho.
Uve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario