jueves, 3 de abril de 2014

Desde el dolor de la Guerra Espiritual


Y de nuevo aquí... Sentada frente al ordenador en día de lluvia. Quien bien me conoce sabe que durante mucho tiempo me ha perseguido un gran afán por compartir mi vida con mujeres de gran fortaleza, yo les suelo llamar guerreras o maestras. Mi espíritu "salvador" siempre me ha dado la opción de vivir infinitas experiencias con cada una de ellas, recordando hoy, con nostalgia, muchos de esos momentos. Y no hablo sólo de amor, hablo desde mi experiencia vital, a lo largo de toda mi vida. Muchas veces, éstas compañeras de luz, me han dicho que yo también lo era y si soy sincera, muchas veces me lo creí. Menos hoy. Y ayer. Y antes de ayer. Y así sucesivamente... desde la humildad más profunda... 

Hoy me pregunto una y otra vez quien soy, y ésta es una pregunta lanzada también para aquellos que creen conocerme de verdad. Hoy pienso que mis palabras son impermeables a todo y a todos. No se explicar el profundo sentimiento de abismo que siento, un no-reconocimiento que jamás me había sucedido a tanta intensidad... Y se todo aquello que me dirán, y se todo aquello que he dicho mil veces, se la teoría... pero hay un gran pero...

Y soy yo.

Me duele el alma, me duele el plexo, me duele la vida, me duele hasta el aire que entra por mis pulmones. Se que empieza una nueva etapa y se que mis dependencias y mis expectativas se quedaron en el mes de Marzo. Ancladas en el recuerdo ya, de una que tocó el cielo con la punta de los dedos. Debo confiar, lo se, pero cuesta... Pues no tengo miedo a lo que me viene, sino a lo que se me va. A la satisfacción de levantarte un día y sentirte plena porque todo lo que te rodea está en armonía, aquella que quizá potenciaste y potenciaron para que sucediera... Y dónde queda todo? Quizá la vida es esto? Y te dan un par de palmaditas en la espalda y parece que alivia ese sentimiento momentáneo pero no. Vuelves a tu nido y vuelves a preguntarte qué coño haces aquí y a qué has estado jugando. 

Entregar si esperar nada a cambio. 
Ofrecer desde la compasión sin dolerte el qué vendrá después porque así lo has elegido.
Ser tú, en esencia, pese a quien pese. 
Confiar en la vida, aunque duelan sus nubes.
No hacer Nada y hacerlo Todo por ti desde el Amor Propio. 
No anclarse y dominar esta mente que censura la eternidad del Alma. 

Simulacros de cosas, y más, y más, y más... Siempre es más y nunca es lo que deseo, quizá mis deseos fueron demasiado atrevidos y ahora me pasan factura. Facturas... Ya me da igual absolutamente todo! 

Quieren guerra? Sólo espero poder controlar esta fuerza innata que me sale de mis entrañas, no dejarme llevar por la ira, ni por el rencor, ni por los celos, ni por nada de esas mierdas que envenenan el alma. Voy a luchar, y hoy quizá no tenga la fuerza suficiente... pero cuando renazca de mis cenizas, estoy convencida, que mis alas podrán volar por encima de tanto dolor y tanto egoísmo. 

Aura

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