Hoy encuentro la calma entre
cigarros y buena música, escondido en lo más hondo de mi habitación escucho de
fondo aquella canción que me enseñaste no hace tanto, mi cuerpo se detiene al
instante, sonrío, canto y siento, sin quererlo los recuerdos se propagan por mi
mente como risas contagiadas, esas que no puedes evitar, emociones afloran de
nuevo y se apoderan de mí, por suerte, esta vez son de las buenas.
Me decido a escribir sin ningún
tipo de propósito, solo el dejarme fluir por unos instantes. Cambiando silla
por cama mi cuerpo se sumerge en una nube de pensamientos, poco claros pero no
menos intensos, intento ordenar mi cabeza, ya que no son muchos los momentos
que dedico a ello, poco a poco el barro toma forma y se convierte en cerámica
admirable, feliz por sentir sonrío, los míos dicen que siempre ha sido uno de
mis gestos más pronunciados, empiezo a ser lo que un día imaginé y orgulloso estoy
de serlo. Hoy no hay cabida para malos recuerdos, hoy es día de saltar, correr,
palpar, disfrutar, hoy es día para vivir. Aunque el sol ya pronto se esconda,
su calor está presente, y nos recuerda que siempre volverá a amanecer.
Los días pasan pero nunca mueren,
mientras unos aprietan los otros aflojan, la balanza de la vida siempre se
compensa.
Continúo caminando sobre calles
abstractas, hoy, dibujo pensamientos.